OBJETOS RECORDADOS de objeto a espíritu.
Humanizar el objeto
MONOBLOC con espíritu.

La silla Monobloc ícono del diseño democrático y universal, representa un objeto absorbido por la lógica de la producción industrial desprovisto de autoría, singularidad o memoria.
​
En esta serie, la silla es intervenida mediante un tejido caliente elaborado con plástico reciclado, devolviéndole al objeto su carácter único, casi ritual y abriéndolo a nuevos lenguajes expresivos.
​
El gesto manual se convierte en un acto de resistencia, una apropiación crítica frente a la estandarización y anonimato de los objetos industriales.
El tejido aquí, no es sólo técnica, es escritura, memoria y posibilidad conformada en materia.
​
Esta obra nos recuerda que incluso los objetos más cotidianos pueden tener espíritu cuando son tocados por la sensibilidad humana, desplazándolos del terreno utilitario al simbólico, del diseño a la vida, del desecho a la obra.
​
Mi trabajo nace de una pregunta:
¿Es posible designar espíritu a un objeto industrial?
Para mí, el espíritu es esa idea primigenia que antecede a la forma y a la función.
​
Desde el animismo ancestral hasta las formulaciones contemporáneas de la física, sabemos que la materia y todo lo que existe está tejida de energía: vibración, frecuencia y un campo abierto de posibilidades.
​
El tejido caliente es mi técnica para explorar esa posibilidad; en cada trazo, pensamiento y gesto se funde esta idea.
​
A través de esta acción, la silla Monobloc deja de ser un objeto anónimo para convertirse en un cuerpo con memoria; un cuerpo político que encarna una postura crítica y una apuesta por la sostenibilidad.



